4. Cambiar las emociones con el movimiento

De vuelta en la casa, después de un de un productivo viaje de trabajo y después de una montaña de mails y tareas pendientes en la oficina, aquí estoy de nuevo delante de la pantalla continuando a escribir sobre el amor, el desamor y las rupturas.

En la publicación anterior hablábamos de verbalizar las emociones, de poner nombre a lo que estamos sintiendo.  Tras una ruptura, los sentimientos suelen ser “negativos” (la tristeza, la rabia, la pena, la decepción...).

Una vez que hemos identificado el sentimiento y que somos conscientes de porqué lo estamos sintiendo, llega el paso de avanzar en la gestión de esa emoción. Cómo? Transformándola. Hacer uno “swap”, pasar de una emoción “negativa” a otra “positiva”, como por ejemplo, pasar de la tristeza a la un estado más alegre.

Pero cómo puedo cambiar esta tristeza que siento? Te estarás preguntando. La respuesta es sencilla -la acción ya es otro cantar, y depende sólo de ti-. Podemos cambiar las emociones de 2 maneras, moviéndonos físicamente y activando pensamientos positivos. Y aquí hay otra buena noticia, estas 2 maneras no son excluyentes sino complementarias.

MOVIÉNDONOS

El movimiento cambia la emoción.

Tras una ruptura somos un saco de emociones contradictorias. Es importante ser conscientes de que si nos movemos físicamente seremos capaces de activar nuestro organismo y nuestro pensamiento, y en consecuencia, transformaremos la emoción.

Esto son procesos químicos en los que se crea serotonina, una de las hormonas de la felicidad. Hay multitud de libros sobre neurociencia que explican este proceso biológico, pero éste no es el objetivo de este artículo. Aquí se trata de darle al interruptor y que se encienda la luz;)

Recuerda, MUÉVETE  Y SERÁS FELIZ.

Qué hacer? Pues aquelo que prefieras: practicar algún deporte, como ir al gimnasio, sair a correr, montar en bici, hacer yoga... andar, pasear por sitios bonitos, limpiar la casa, cortar el césped, barnizar un mueble, pintar una pared, bailar...

Quedarnos llorando en el sofá en un salón a oscuras no es la mejor opción. Disfrutemos de la luz del día!! Y movámonos. A mí personalmente, me ayuda pasear por la orilla del mar. Será que el mar también ayuda a equilibrar nuestras cargas.

Cómo hacerlo? Iniciando a acción. Dando el primer paso. Levantándote del sofá e ir a dar un paseo hasta el bar de la esquina, por ejemplo. 

Cuando hacerlo? Diariamente, y siempre que nuestro estado de ánimo esté bajito.

El ejercicio que te propongo en este post  es MOVERTE. Sigues recordando lo de sonreír, sí? Acuéstate en el suelo, boca arriba, con el cuerpo completamente estirado. Ahora incorpora el tronco. Ponte de pie. De la un salto y a la vez una palmada. Acuéstate de nuevo en el suelo. Repítelo 3 veces.

Notas el cambio que produce el movimiento en tu sentir? Seguro que recuerdas aquello de “Levántate y anda!”

Te animo a seguir moviéndote y a compartir esta publicación con quien creas que le puede resultar de interés.

Nos vemos en el siguiente paso, en el siguiente post.


Comentarios

Entradas populares de este blog

3. Verbalizar las emociones

Sentimientos enfrontados

Un miedo ancestral. El abandono ante el embarazo