La amistad ¿la quiero? ¿no la quiero?
Quien tiene un amigo tiene un tesoro.
Un mantra que se repite. Y sobre el que hablé en el post “Compartir tiempo con los amigos”
Para mí los amigos son esas personas
que nos elegimos mutuamente para compartir la vida, o por lo menos, parte de
ella. Este concepto que tengo yo de la amistad dista del concepto de la amistad
que tienen otras personas. Incluso amigos míos tienen un concepto diferente de
la amistad.
Con los amigos yo comparto risas y
lloros, sonrisas y lágrimas. Me gusta ver cómo cuentan conmigo, no solo para
tomar una caña en un chiringo viendo el atardecer en verano sino también para
confiarme una decisión importante en sus vidas o una emoción sentida en un día
oscuro de invierno.
Desde pequeña escuché muchas metáforas
relacionadas con la amistad
- regar la flor para que esté bonita,
- echar una acha a la lumbre para que
se mantenga la llama…
Y ahora, ya pasados los 30, no quiero
metáforas. Lo afirmo rotundamente: Mantener una buena amistad requiere
confianza y tiempo.
Confianza. La
confianza es la cimentación de la amistad. De hecho, la confianza es la base de
cualquier relación, sea de pareja, de amistad, de familia o de trabajo. La clave
de saber si estoy ante una buena amistad está en la respuesta ¿puedo contar
contigo?, ¿En serio? ¿Estás segur@ que puedo contar contigo?
Tiempo. El
tiempo es el pilar de la amistad. La amistad precisa cariño, ser cuidada, y no
se puede cuidar si no es dedicando tiempo. Vivimos en una sociedad que siempre
está corriendo y en la que conforme vamos celebrando cumpleaños, vamos
asumiendo más responsabilidades (empresa, pareja, familia, cuidado de los
mayores…). Como todo en la vida, la amistad es cuestión de prioridades. Todos
tenemos 24 horas al día. Cómo, en qué y sobre todo con quién, compartimos nuestro
tiempo depende de cada uno de nosotros.
De poco sirve exaltar la amistad en mi
fiesta de cumpleaños para publicarla en facebook y en la realidad distorsionada
de Instagram, si realmente nunca encuentro un momento para compartir una
conversación con una buena amiga. ¿Amiga, tienes la confianza de que te
dedicaré tiempo? ¿Amigo, tengo la confianza de que me dedicarás tiempo?
Amiga, hoy estoy, y seguiré estando
siempre que con el paso de los días, de los meses, de los años… nos dediquemos
tiempo y mantengamos la confianza. Yo quiero seguir estando. Y hoy sé que no
sólo depende de mí.
Don`t
give anything for granted, querido amigo.
Continuará, en el próximo post
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