La Ciudad del Amor

Por fin. Por fin, después de tres años de relación, vamos a vivir juntos. Para mi amor, su primera mudanza, para mí la cuarta en cinco años. Tengo tanta experiencia que puedo encoger las estanterías de los libros, las mesas y las sillas para que ocupen menos espacio en el camión de la mudanza. Bueno, igual desvarío con solo pensar en hacer cajas.   Versión galega Mi amiga Vane me recomienda explorar el método Marie Kondo, por si lo puedo aplicar a esta mudanza. Vamos, que formatee de mi cabeza esa idea loca de organizar las cajas por espacios -mi habitación, mi despachito, la cocina, el baño, el salón, el armario estilo McGuiver del pasillo-   y así llenar las cajas por temáticas. Textiles, incluidas cortinas, en una caja. Todo el material de oficina, mis libros y mis lápices de colores, en otra caja. Otra caja con todos los componentes eléctricos: cargadores, ladrones, alargadores, bombillas de repuesto… Y después, alzar las cajas por tamaño y peso. Ella, mi ami...

Sigo sentada Llevo más de cuatro horas en este sofá gris, en esta casa pequeña, en este día lluvioso de primavera, en el que parece que el cielo se va a caer encima de esta silenciosa ciudad. Siento frío. Versión galega Hasta en 4 ocasiones, en los 7 últimos días, llamé a la empresa que suministra el gasóleo de la calefacción de todo el edificio y en las 4 ocasiones, me dijeron que tardarían un máximo de 2 días en servirlo. Otro ejemplo de eficacia. Me pregunto cómo es posible que esas empresas ganen dinero con el servicio deficiente que prestan, mientras profesionales responsables y eficaces, como mi novio autónomo, ganan una miseria y los fríen a impuestos. Será el capitalismo. Taller de escritura. Confinamiento. Abril 2020